La Discípula Amada
Una mujer reivindicada
Una mujer reivindicada
María, una mujer nacida en la ciudad de Magdala, en las orillas del Lago de
Galilea, es citada por su nombre cuatro veces en los evangelios sinópticos
(Marcos, Mateo y Lucas).
La tradición la ha identificado con varias mujeres
anónimas que aparecen en los relatos evangélicos y con otras “Marías”.
Que María la de Magdala sea presentada como la primera testiga de la
resurrección de Jesús en el cuarto evangelio (Juan 20,1-18) indica la
importancia de esta mujer en el movimiento de Jesús y en la primera
comunidad de quienes integraron su movimiento. Hoy, diversas y serias
exégesis rechazan el identificar a María Magdalena con una prostituta y, al
reivindicar el excepcional protagonismo de esta mujer en la vida de Jesús,
plantean audaces hipótesis: que ella sea la “autora” del cuarto evangelio,
atribuido al apóstol Juan; que “el discípulo amado” del que habla el cuarto
evangelio sea en realidad “la discípula amada”; y que ella haya sido la
compañera de Jesús de Nazaret.
Autora del cuarto evangelio y “discípula amada”
Que María Magdalena sea la autora del cuarto Evangelio y que en ese texto el
varias veces citado “discípulo amado” no sea Juan, sino María, es la teoría que
desarrolla el sacerdote católico Ramón K. Jusino basándose en un libro del
teólogo católico y erudito bíblico Raymond E. Brown, quien plantea que este
evangelio recoge la tradición de una primera comunidad de seguidores de
Jesús dirigida por María Magdalena. Tanto Jusino como Brown alimentan sus
hipótesis en textos de los evangelios apócrifos.
Sacado del libro "Otro Dios es posible"
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