Jubileo: anular la deuda externa
El Año de Gracia se llamaba también Año del Jubileo, porque se anunciaba con el toque de un cuerno llamado en hebreo “yobel”. Como la deuda externa de los países del Sur sigue siendo un lastre para sus economías, quedan aún los ecos de la Campaña Jubileo 2000, lanzada en 1996 por agencias cristianas de desarrollo y extendida después a más de 60 países del mundo.
Esta campaña demandaba la anulación de la deuda externa de los países más pobres del planeta. Llegó a recoger 24 millones de firmas de gente de todo el mundo. Entre los muchos argumentos que las agencias promotoras de esta iniciativa daban para denunciar como injusta la deuda externa estaban éstos: los préstamos internacionales son negociados en secreto por élites locales y por los poderosos acreedores del FMI y del Banco Mundial; los más afectados por la deuda externa son los pobres, porque las partidas presupuestarias para salud, educación y agua potable son desviadas para el pago de la deuda; no existen leyes de bancarrota para países y no existe un marco que establezca que una deuda es impagable; y las negociaciones para la condonación de la deuda son siempre dirigidas por los acreedores.
A pesar de iniciativas posteriores como la llamada HIPC, para perdonar casi totalmente la deuda de los países muy pobres y más altamente endeudados del planeta, el problema de la deuda externa como elemento desestabilizador de una gran mayoría de países sigue siendo de actualidad.
Liana Cisneros es una investigadora peruana, miembra de Jubileo Plus, un centro especializado en análisis sobre la deuda externa con sede en Londres, que dio continuidad a Jubileo 2000. Participa en el programa para reforzar las opiniones de Jesús sobre el perdón de las deudas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario