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martes, 7 de mayo de 2019

Compartir el Pan

Lo más grande lo reveló Dios en lo más sencillo. En el pan, hay pan. En el vino, hay vino. Y en la comunidad, cuando ese pan y ese vino se comparten, cuando todo se pone en común, Dios se hace presente. 





Compartir es lo esencial Compartir es la nota esencial de la comida eucarística. El teólogo John Dominic Crossan dice: La Eucaristía es una comida real y compartida. El acento está en el partir el pan, que es un signo de compartir. El énfasis no está en el vino sino en la copa, que también se puede pasar de unos a otros. Una eucaristía sin compartir es nada. 

Por eso, Pablo (1 Corintios 11,17-34) y la Didajé condenan a quienes no comparten con los demás en las cenas eucarísticas. En la eucaristía nunca se puede prescindir de esto: es en la comida y la bebida, bases materiales de la vida, ofrecidas equitativamente a todos, donde se encuentra la presencia de Dios y de Jesús. La Didajé es un libro antiquísimo, descubierto en el siglo XIV. No es una epístola de los primeros discípulos ni un evangelio, pero resulta imprescindible para conocer la historia del cristianismo primitivo porque es como un manual de instrucciones que sirvió a las primeras comunidades para mantenerse fieles a las enseñanzas de Jesús.

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